500 gr de salchichas frescas
500 gr de espinacas en hojas congeladas
Láminas de canelones
1 diente de ajo
queso para fundir
bechamel
Ponemos abundante agua con sal a calentar y una vez que esté hirviendo vamos añadiendo a las láminas de canelones. Removemos de vez en cuando para que no se peguen y las tenemos cociendo unos 12 min.
Una vez cocidas, se escurren, se pasan por agua fría y se extienden encima de un paño.
En una sartén grande, ponemos el ajo picadito con tres cucharadas de aceite de oliva. Cuando el ajo tome color, añadimos las espinacas congeladas y vamos removiéndolas para que se descongelen, a la vez que se van cociendo y evaporándose el agua. Una vez que se ha evaporado el agua, las espinacas se saltearán en el aceite. Las reservamos.
Pinchamos las salchichas y las pasamos por aceite, procurando darles vueltas para que se salteen por todos lados.
Una vez acabados de cocinar todos los ingredientes de nuestra lagsaña, la montamos en una fuente, poniendo capas de espinacas, salchichas, bechamel (la podéis hacer. Yo la usé comprada) y láminas de canelones (dos tandas). Rematamos la fuente de horno con una capa de láminas de canelones y queso de fundir por encima (yo usé una mezcla de varios que vienen en taquitos)
Metemos la fuente al horno precalentado a 200º y vamos vigilando hasta que se haya compactado todo el conjunto y el queso se haya gratinado.
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