- Pimientos
de piquillo enteros
- Azúcar
- Aceite
de oliva
- Agua
Escurre
los pimientos recogiendo el caldillo de la conserva.
En una
sartén amplia con un hilo de aceite, coloca los pimientos sin que se monten
entre ellos, echándoles un poco de azúcar a cada uno. Una vez salteados, les
das la vuelta y le vuelves a poner azúcar. Cuando los tengas salteados por
ambas caras con el azúcar, se riegan con el jugo de la conserva, se les pone
agua hasta que casi los cubra y se dejan a fuego medio hasta que el agua se
evapore.
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