jueves, 5 de abril de 2012

Salmón a la Barbacoa




  • Un lomo de salmón
  • Hinojo fresco (bastante)
  • Aceite de oliva
  • Sal

Para la salsa:
·         1 pepino
·         2 yogures griegos natural “sin azúcar”
·         Hierbabuena
·         Aceite de oliva
·         Pimienta
·         Sal


Decimos al pescadero que no limpie bien el lomo del salmón de espinas y de escamas (importante).

Al salmón le hacemos unos cortes como de un cm de profundidad a lo largo del lomo (por la carne no por la piel), le ponemos, sal, pimienta y un poco de aceite de oliva.

Al hinojo le quitamos los tallos y lo picamos mucho, una vez picado lo ponemos sobre la parte de la carne del salmón introduciéndolo en los cortes (hay que ponerle como un dedo de hinojo) y lo aplastamos para que quede un poco compacto con el salmón.

Para la salsa vertemos los yogures en un bol y aliñamos con sal, pimienta, un chorrito de aceite de oliva y un poco de hierbabuena muy picadita le damos vueltas y le añadimos el pepino cortado en daditos pequeños (reservamos unos cuentos par adornar el plato).

El salmón tenemos que ponerlo en la barbacoa por el lado de la piel hasta que la piel esté tostada y luego le damos la vuelta teniéndolo el triple de tiempo por la piel que por la carne para que quede rosita por el interior (es ideal ponerlo en una parrilla de esas dobles para que no se nos rompa al darle la vuelta, pero sin apretarlo). Cuidado con el humo que huele muy bien algo coloca J.

Una vez dado la vuelta y mientras se está haciendo por la parte de la carne, vamos despegando la piel, procurando sacarla entera, para ponerla en las brasas por el lado de dentro y tenerla tostada por ambas caras para hacer una teja cuando al sacarla del fuego se quede crujiente.

Emplatamos: Cuando el salmón esté en el punto deseado (yo prefiero tendiendo a crudo J), lo ponemos en una fuente con el hinojo hacia abajo y lo vamos levantando desde abajo para que se rompa un poco y se vean los contrastes del tostado exterior y el rosita de dentro. Vertemos la salsa sobre el salmón y adornamos con unos daditos de pepino, unas ramitas de hinojo y trozos de la teja de la piel (la piel está de muerte J).



Autor: Jaime Oliver

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